Las labores propias de mi sexo me han
llevado a bajar a Madrid esta mañana. Adios a mis pajaritos, a mi
ruiseñora y a las apestosas urracas. Con mucho espíritu, me he montado
en el coche y me dirijo hacia la urbe que, ansiosa, engulle cada día
miles de vehículos entre sus entrañas. Ya soy uno mas del pandemonium y
pronto empiezo a disfrutar de los parabienes del tráfico rodado en hora
punta. Esta vez, no me encuentro solo, me acompaña mi inseparable y fiel
Tomtom, que con su voz insinuante hace que la conducción sea mas
agradable. Aún no hemos empezado a discutir, mientras nuestros destinos
sean conocidos nos ponemos de acuerdo, pero al llegar a terreno indómito
solemos terminar mandándonos a la mierda. Si no, al tiempo, que ya
sabemos de que pie cojea cada uno.
- recálculo - me dice, ahora que íbamos
bien. A mi lo que me saca de quicio es que mi navegador tenga tan poca
sangre, de verdad. Si me confundo de avenida podría decir: Recálculo,
coño! Pero esa displicencia con la que me trata, que le da igual, que
este aparcando el coche, que cayendo por un barranco me mata: Recálculo,
está! a! cinco! metros! del final! del precipicio! Y me lo dice asi.
Coño, que tu también vas montada guapa, Que no te vas a romper los
huesos, pero la pantalla y los circuitos integrados se te van a quedar
hechos unos zorros.
Yo le llamo Casilda, son ya muchos
kilómetros juntos, muchas vueltas dadas gracias a su conocimiento de las
calles; al final, somos como un matrimonio de mas de veinticinco años.
Un arqueo de la ceja dice mas que mil palabras. Aunque, para ser justo,
tengo que reconocer que fantaseo con su imagen. A veces me imagino que
Casilda es una rubia despanpanante, con pechos voluptuosos y una
minifalda de escándalo, y le digo: Pero Casilda, ¿Dónde vas con esa
pinta de puta? Si vamos ahí al lado, a comprar tabaco, y ella me
contesta: Gire a la derecha. Educada es, siempre mantiene el usted,
aunque acabe de mentarle a toda su familia. Son asi las mujeres frías,
se que hay gente que le pone la actitud hierática, incluso en el sexo,
pero no es mi caso.
Mira que le tengo dicho que estudie...
Casilda actualizateee, haz un Master... Que asi no vamos a llegar a
ningún sitio.. Pero ella, erre que erre, ya que es un ingenio
tecnológico con voz femenina, podían haberlo diseñado obviando ciertas
peculiaridades, las mujeres no saben leer un mapa!
Como Casilda se niega a aprender, me
tengo que manejar con el escaso bagaje que existe en su cerebro o lo que
coño sea. Cuando la compré, me extraño que vinieran señalizadas las
calzadas romanas, pero cuando vi que en espectáculos, venia
predeterminado el teatro de Mérida, supe que íbamos a discutir. Al menos
no me vendieron la versión anterior, que la voz era en latín...
Navegantius, senderus et caminus, se llamaba, y estaba tirada de precio,
no me extraña!
jaja yo si se leer mapas jajajaja
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